Elisabeth Patterson estuvo en Guatemala como voluntaria con Abogados sin fronteras Canadá. Trabaja profesionalmente como abogada en Dionne Schulze, en Montreal, Canadá, donde asesora a organizaciones y gobiernos indígenas sobre leyes internacionales, indígenas, comerciales y de propiedad intelectual.
Durante fines de marzo, en la ciudad de Guatemala, supervisé los primeros cuatro días del juicio a los exgenerales Ríos Montt y Rodríguez Sánchez junto con numerosos abogados de Abogados sin fronteras Canadá (LWBC). Como trabajo principalmente con comunidades indígenas de Canadá, LWBC me solicitó que observara el juicio desde la perspectiva de la integración de la dimensión indígena en el proceso del juicio. Teniendo en cuenta que todos los testigos legos en el caso eran mayas, algunos ajustes al proceso legal eran, claramente, inevitables. Pero ¿se realizaron los esfuerzos adicionales necesarios?
Ríos Montt, jefe de Estado de facto de Guatemala desde marzo de 1982 hasta agosto de 1983, y Rodríguez Sánchez, jefe de inteligencia militar durante el mismo período, están siendo juzgados por la ley guatemalteca por genocidio y crímenes de lesa humanidad debido al presuntuoso papel en la planificación y la ejecución de la masacre de aproximadamente 1,770 miembros de la comunidad ixil, una tribu maya del antiplano noroccidental de Guatemala. Se presume que las masacres fueron cometidas por soldados y milicias con respaldo militar.
Conforme a la ley guatemalteca, el crimen por genocidio requiere la prueba del asesinato de los miembros de un grupo étnico, u otra forma de violencia física grave contra estos, con la intención de destruir parcial o totalmente el grupo étnico en cuestión. La Fiscalía procurará probar que Ríos Montt y Rodríguez Sánchez fueron los autores intelectuales de la masacre de la comunidad ixil con el fin de destruirla.
La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, en la que Guatemala votó a favor, estipula, por ejemplo, que los tribunales nacionales deben tener debidamente en consideración las costumbres, las tradiciones, las normas y los sistemas jurídicos de los pueblos indígenas interesados (art. 40). La Constitución de Guatemala exige que el Estado guatemalteco reconozca, respete y promueva las costumbres de sus comunidades mayas (art. 66).
Aquí proporciono mis primeras impresiones sobre la dimensión cultural del juicio y los esfuerzos realizados para adaptarlo a la realidad indígena. Estas impresiones están escritas en función de mi presencia en la sala de audiencias durante los primeros cuatro días del juicio y las entrevistas con los abogados de las víctimas, el traductor de ixil de las víctimas y algunos de los testigos que ya han presentado testimonio.
Fuerte presencia indígena
Cuando llegamos al primer día del juicio el 19 de marzo, habían colocado sobre el piso del tribunal un tapiz maya con flores y pasto, y habían encendido velas junto a las fotos de las presuntas víctimas del período de gobierno de los generales Montt y Sánchez. Un grupo reducido de mujeres, algunas indígenas, tocaban tambores mientras pedían que se hiciera justicia por el genocidio.
Un poco más tarde, se presentaron cerca de cincuenta manifestantes, en su mayoría indígenas, con grandes carteles impresos en apoyo al general Ríos Montt. Con un megáfono, el líder (que no era indígena) intentó ahogar el sonido del tambor que tocaba la mujer, mientras elogiaba al general por haber traído la paz y la democracia a Guatemala. Los defensores de Ríos Montt argumentan, a menudo, que las masacres fueron justificadas debido al riesgo impuesto por la insurgencia izquierdista supuestamente presente en el área ixil.
En la sala de audiencias, un porcentaje importante del público era indígena, según lo evidenciaban los huipiles (blusas de algodón muy adornadas) ornamentados y los pañuelos que vestían las mujeres. Algunos hombres también vestían solemnes chaquetas rojas y negras ornamentadas. Los miembros de la comunidad que no pudieron asistir a las sesiones del tribunal pudieron seguir el juicio traducido al ixil por radio. Una transmisión en vivo (en ixil y español) del juicio también se encuentra disponible.
Una atmósfera intimidante
El entorno en que se lleva a cabo el juicio resulta, probablemente, intimidante para los testigos indígenas: la sala gigantesca con techos altos, los tres jueces sentados en una posición elevada, la audiencia de 500 personas y el ejército de fotógrafos y cámaras de los medios nacionales e internacionales.
Otra experiencia, sin duda, perturbadora es el hecho de que los testigos deban jurar por la Constitución de Guatemala, con la advertencia de que si mienten, pueden recibir una sanción de hasta 1500 dólares estadounidenses aproximadamente y ser enviados a prisión. Después de haber sufrido tanto en manos del Estado guatemalteco, es entendible que esto pueda generar mucho miedo, como me lo indicó el acompañante de los testigos.
Y sin dudas a propósito, los abogados defensores añadieron una gran cantidad de intimidación. El abogado de Rodríguez Sánchez, César Calderón, que yo apodo “El Gritón”, gritó constantemente sus preguntas cada vez que interrogaba a los tímidos testigos ixil de suave hablar. Además, los abogados defensores intentaron confundir a los testigos en repetidas ocasiones alegando que habían dicho ciertas cosas que, en realidad, no habían sido mencionadas.
Sorprendentemente, a pesar de toda la presión, las víctimas lograron dar su testimonio con calma de manera clara y pausada. Algunos testigos sí lloraron en silencio durante sus testimonios, lo que ocasionó un ajetreo enloquecido entre los fotógrafos. Más adelante, supe que muchas de aquellas personas que no lloraron durante el testimonio se quebraron cuando salieron de la sala de audiencias.
Para evitar estar demasiado aterrorizadas por la presencia del exdictador y el exjefe de inteligencia militar, las víctimas, por consejo de sus abogados, no miraron a los acusados.
Problemas de traducción
Como es lógico, los problemas de traducción ocupan un lugar importante en el caso.
El idioma principal de los testigos, y en muchos casos, el único, es el ixil, un dialecto maya. Aparentemente, el tribunal no planificaba contar con servicios de traducción en un principio, pero comprendió que no tenía otra opción que proporcionar intérpretes si deseaba escuchar los testimonios orales de los testigos.
El Tribunal de Alto Riesgo “A” contrató tres intérpretes oficiales para los tres dialectos ixil a fin de permitir que los testigos dieran su testimonio en su propio idioma. Sin embargo, para acelerar el proceso, la jueza Jazmín Barrios insistió enérgicamente a que los testigos dieran su testimonio en español, si entendían “aunque sea, solo un poco del idioma”. Muchos testigos comenzaron sus testimonios sin intérprete debido a la insistencia de la jueza Barrios, aunque hubieran dicho que no comprendían el español. Sin embargo, concluyeron el testimonio con intérprete una vez que quedó claro que no entendían las preguntas.
Las víctimas también contaron con la presencia de tres traductores no oficiales, que escuchaban la traducción del intérprete oficial para garantizar que concordara con lo que el testigo estaba diciendo en realidad. Además, al final del segundo día, el equipo de la defensa también solicitó permiso para incorporar sus propios intérpretes de ixil.
Un intérprete siempre necesita tomar decisiones sobre cómo traducir los enunciados, en función del contexto. Siempre existe el riesgo de que el intérprete haya malentendido lo que el testigo deseaba expresar. Si el intérprete es neutral, los errores pueden ocurrir simplemente debido a un malentendido. Si el traductor tiene su propia opinión formada, puede desear, conscientemente, modificar la traducción.
A continuación, menciono algunos de los problemas de traducción que ocurrieron durante los primeros días del juicio:
El segundo día del juicio, un sobreviviente estaba explicando cómo los soldados le habían disparado en la cabeza a su padre. Se le preguntó la fecha del hecho y el intérprete oficial tradujo su respuesta como 1972. Más adelante, el abogado defensor Calderón hizo referencia a esto en su interrogatorio y declaró que el testimonio del sobreviviente no podría utilizarse, ya que el caso examinaba el período de 1982-1983. Resultó ser que el testigo había dicho 1982 y el traductor oficial había cometido un error.
Otra de las dificultades se produjo debido a que, en ixil, el género no siempre es evidente en el uso de pronombres, mientras que en español sí lo es. Por ejemplo, para hablar, a menudo no hay distinción entre “él” y “ella”. Además, puede utilizarse la misma palabra independientemente de si es plural o singular. Esto ocasionó confusión y un duro interrogatorio a uno de los testigos cuando mencionó la palabra “soldado”, que al principio se tradujo en singular, mientras que el sobreviviente había querido decir “soldados”.
¿“Guerrilla” o “estrangular”?
Tan pronto como los abogados defensores obtuvieron sus propios traductores, hicieron un amplio uso de los problemas idiomáticos para interrumpir y confundir a los testigos, y para referirse, deliberadamente, a problemas incendiarios que los testigos no habían mencionado.
Uno de los ejemplos más claros a la fecha tuvo lugar el tercer día del juicio. Un sobreviviente estaba explicando cómo su padre estaba muy débil y no había podido escapar cuando el ejército llegó a su aldea. Por estar tan débil, su padre murió cuando un soldado lo persiguió y lo mató en el momento estrangulándolo rápidamente. Sin embargo, durante el interrogatorio de este testigo, el abogado defensor comenzó preguntando sobre cuándo y cómo la guerrilla en contra del gobierno llegó a su aldea. Los abogados de la víctima protestaron. El abogado defensor continuó y estipuló que su propio intérprete de ixil les había indicado que el testigo había hablado sobre la guerrilla en su testimonio.
Entonces, el intérprete de la víctima intervino y explicó que el intérprete de la defensa estaba confundiendo “potsh”, que significa “estrangular”, con “otsh”, que es la palabra que la comunidad ixil utilizaba para referirse a la guerrilla. El testigo se estaba refiriendo a que estrangularon a su padre, y el intérprete de ixil había usado esta palabra para afirmar que el testigo estaba declarando que había guerrillas en la aldea. Uno de los objetivos del equipo de defensa es, de hecho, probar que los luchadores de la guerrilla en contra del gobierno estaban presentes en las aldeas, lo que justificaría, según ellos, la matanza de aldeanos ixil.
Conclusión
En función de los primeros cuatro días del juicio, mi impresión es que, aparte de la traducción simultánea entre el ixil y el español, no se realizaron esfuerzos para integrar el derecho consuetudinario maya ixil ni para demostrar respeto por la cultura y los valores particulares de los sobrevivientes ixil que testificaron.
No puedo decir que esto me sorprendió. Si bien se han realizado esfuerzos en numerosos Estados, como Canadá, para “indigenizar” sus sistemas legales cuando las partes involucradas son indígenas, esto es algo contra lo que la mayoría de los Estados lucha, si no resiste. Mi conclusión es que Guatemala aún no ha hecho muchos avances en esta área a pesar del hecho de que la mayoría de sus ciudadanos son indígenas.
Además, si consideramos que el Tribunal ya recibe críticas de muchos sectores de la sociedad guatemalteca por inclinarse a favor de las víctimas ixil, cualquier intento de “mayanizar” el juicio, sin duda, hubiera fortalecido esta impresión y hubiera recibido el feroz ataque de la defensa por no respetar el debido proceso penal.